Exportación de miel, en riesgo por menonitas
Mil 500 apicultores de Hopelchén, Campeche, ven afectada la crianza de abejas por los daños al ecosistema debido al mal uso de las tierras de la selva.
Más de mil 500 apicultores de Hopelchén, Campeche, han visto afectadas sus labores de crianza debido a las alteraciones que sufre el ecosistema por actividades de grupos menonitas, que han hecho mal uso de las tierras de la selva baja en el sur del país.
Representantes de las comunidades mayas de Tenabo y Hopelchén han interpuesto denuncias ante distintas autoridades desde 2011, buscando que resuelvan el fallo contra la siembra de soya transgénica, actividad que ha dejado innumerables afectaciones al modo de vida de los nativos.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) se ha encargado de exponer que los daños ecológicos por grupos menonitas abarcan extensiones considerables a escala nacional con relación a las denuncias por la tala excesiva.
“Existen varios frentes por los cuales podemos atacar este problema, pues el punto es proteger a toda costa la selva maya y lo haremos por todas las vías posibles a través de la Procuraduría General de la República, quienes se han encargado de los casos de siembra de soya transgénica, o con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde hemos denunciado el uso indebido de plaguicidas”, expuso Naayeli Ramírez, abogada de los representantes de Hopelchén.
Campeche, denominado como el tercer productor de miel más importante en México, ha reducido desde hace seis años la cantidad de producto que exporta a Europa y Asia, sobreponiendo también el precio con el que compran a los mayas de Campeche, pues la calidad se ha visto notablemente deteriorada.
Se ha registrado que cada apicultor posee entre 100 y 300 colmenas, produciendo hasta 20 toneladas por cada temporada y hasta 7 mil toneladas anuales como producción total del estado.
Pero en los últimos seis años, debido a la deforestación, el montaje de las colmenas se ha dificultado, disminuyendo los niveles de producción por cada apiario, mientras que la siembra indebida causa más daños.
“Los riesgos por la siembra de soya transgénica se reflejan directamente en la polinización de la abeja, pues se envenena al sobrevolar estos campos, corriendo el riesgo de morir inmediatamente, o si llega a sobrevivir en el momento de regresar a su colmenar, infecta a los demás insectos”, explica Angélica Ek, representante de la comunidad de Hopelchén.
Son aproximadamente 18 mil familias las que dependen de la apicultura en estos municipios y cada una ha sufrido por las diversas afectaciones del mal uso de suelo que los grupos de menonitas, concentrados en los ejidos El Temporal, Santa Rosa, Nuevo Progreso, Las Palmas, Las Flores y principalmente en Santa Rita, del municipio de Hopelchén, le han dado a las selvas mayas, contaminando con agroquímicos a las abejas e incluso el agua que abastece a esas poblaciones.
Las denuncias seguirán hasta que las dependencias den una pronta resolución, además de los amparos que se han ganado para pedir zonas libres de transgénicos y regular el uso de suelo de los menonitas en toda la península de Yucatán.
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