Marino sobrevive a Otis, asegura que Dios le mandó una ola: "me había dado por vencido"
El capitán Hernández, recordó que hubo un momento en el que escuchó cómo le pedían ayuda de otras embarcaciones que eran destrozadas por Otis, pero no pudo hacer nada.
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Marino sobrevive a Otis asegura gracias a Dios | Especial
Acapulco y los municipios aledaños en Guerrero siguen padeciendo los estragos del devastador paso del huracán Otis, que dejó más de 40 personas muertas y desaparecidas, según cifras oficiales.
Entre las víctimas que afortunadamente fueron encontradas y rescatadas se encuentra Esteban Hernández Echeverría, un capitán de una embarcación de atuneros mejor conocido como 'capitán Rudo' quien en entrevista para Telediario relató cómo sobrevivió a Otis gracias a una 'ola divina'.
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“Le doy gracias a Dios por esa ola que me mandó para que me escupiera fuera del mar, eso fue lo que me salvó”, contó el capitán Rudo, que es como lo conocen en los muelles de Acapulco, por la década que estuvo en embarcaciones atuneras, uno de los más arduos trabajos de ese gremio.
Esteban recordó que esa noche, él se encontraba en el yate 'Molocho', uno de los tres que pudo adquirir tras una vida de trabajo, y aunque sabía de la existencia de Otis, nunca imaginó la fuerza que tomaría.
Sentado en una silla, reposando convaleciente desde hace unos días en la casa de su nuera en Acapulco, el capitán Rudo relató que ya muy tarde se enteró que el huracán alcanzaría la categoría 5, por lo que ya sólo le dio tiempo de ponerse dos chalecos salvavidas y esperar.
“Como a la medianoche fue la destrucción total, no puedes ver absolutamente nada, sólo se escuchaba el rugido del huracán”, recordó.
“Cayeron dos olas grandes que hundieron la embarcación y por eso me tuve que tirar al agua a fuerza para no hundirme con el barco”, abundó.
El ciclón le ocasionó varias heridas a Esteban Hernández por lo que hasta hoy difícilmente puede usar una playera sin lastimarse; el marinero contó que durante una hora, unas inmensas olas lo estuvieron arrastrando en el agua de un lado a otro, que tragó agua salada y que incluso salió con los oídos llenos de ella.
De acuerdo con el capitán Hernández, hubo un momento en el que escuchó cómo le pedían ayuda de otras embarcaciones que eran destrozadas por Otis, pero no pudo hacer nada.
“Cuando el aire me llevaba, yo escuchaba que me gritaban: '¡Auxilio! ¡Auxilio!', pero no podía ver para ningún lado, yo ya iba lastimado de la vista”, narró al tiempo que mostraba los derrames que todavía tiene en sus ojos.
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Durante ese tiempo, el capitán Rudo también tuvo que eludir todos los “misiles” en que se convirtieron los pedazos de las embarcaciones destruidas, confesó que se había dado por vencido pero, sucedió un milagro.
“Cuando ya me había dado por vencido, no tenía fuerzas, siento que caigo entre ramas y escombros, agarro y digo: '¡Ah caray! ¿Qué hago aquí?' Veo para atrás el mar enfurecido, haciendo de las suyas todavía: el mar me expulsó, me tiró al muelle, si no me hubiera sacado la ola, hubiera quedado sepultado entre todo el escombro”, garantizó.
Su travesía todavía no terminaba: “Me fui gateando como una iguana herida unos 25 metros entre el escombro, palmeras caídas, vidrios… hasta que llegué a donde estaban los elementos que me auxiliaron, ya cuando ellos me agarraron de los brazos, me desmayé, pero pasé como unos 20 minutos gritando: '¡Auxilio! ¡Auxilio!' En el desastre nadie te escucha, aseguró el capitán que ha dedicado 46 años de su vida al mar.
“Mi buen respeto para el mar, hay que quererlo, hay que estimarlo mucho porque así como te ayuda también te puede quitar la vida”…
Esteban Hernández Echeverría, se encuentra agradecido porque en sus palabras "volvió a nacer", y ahora pide ayuda tanto como para su salud como para recuperar lo que es su trabajo de toda la vida: las embarcaciones.
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