'La Rana', otro testigo clave que esconde la FGR en el expediente del caso Ayotzinapa
Las fuerzas federales estuvieron buscando a Édgar Damián Sandoval Albarrán desde 2014, y en 2018 creyeron haberlo capturado, pero cometieron un error.
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Se especula que Édgar, el testigo clave del caso Ayotzinapa sigue con vida. | Especial
La identidad de Édgar Damián Sandoval Albarrán, conocido como "La Rana", se mantiene protegida en el expediente del caso Iguala, que fue iniciado por la anterior Procuraduría General de la República (PGR).
A pesar de que MILENIO ha obtenido una copia de su fotografía, esta nunca había sido divulgada previamente, y durante un período de nueve años, Sandoval Albarrán no ha comparecido ante las autoridades para dar explicaciones.
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Fuerzas federales lo buscaron desde 2014 y en 2018 creyeron haberlo capturado, pero se equivocaron de persona. El detenido se llamaba Erick y no era La Rana.
A pesar de la resistencia de la PGR, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) logró demostrarlo y fue liberado.
La verdadera Rana sigue prófugo, a pesar de la información con la que la Fiscalía General de la República (FGR) cuenta de él.
Huyó a Los Ángeles, California, Estados Unidos, país al que no se le ha solicitado su detención con fines de extradición.
Su testimonio resultaría clave para confirmar o rebatir los dichos que sus supuestos socios criminales dieron de lo ocurrido entre el 26 y 27 de septiembre de 2014.
Sus apodos: Rana o Güereque, fueron reiteradamente mencionados por otros de los detenidos que presuntamente participaron en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
Así consta en las declaraciones ministeriales de El Pato, El Duva, El Chereje, El Cepillo, El Jona, El Lucas. Y en testimonios limpios y libres de actos de tortura como los de los hermanos Sotelo Salinas, conocidos como El Peluco y El Oaxaco, quienes declararon de lo sucedido frente a su abogado, representantes del GIEI y del Centro Prodh.
Otro relato de alto valor probatorio y que menciona a La Rana o Güereque es la entrevista desclasificada, obtenida por MILENIO vía transparencia, que Juan Miguel Pantoja Miranda El Pajarraco dio a visitadores de la CNDH cuando estuvo detenido en 2018.
El Pajarraco lo identificó como El Wereke. Mencionó que tenía ese apodo por güero, que era sicario del grupo Guerreros Unidos y siempre andaba armado. Dijo que tenía tatuajes de rana en la espalda y unas flamas en el brazo. Aseguró que participó en la desaparición de los estudiantes y disparó contra los que se movían. También lo señaló como uno de los que bajó a los jóvenes de una de las camionetas que llegaron al basurero de Cocula.
Cuando los visitadores de la CNDH le mostraron una fotografía del señalado, El Pajarraco escribió en la hoja: “es el verdadero Rana”.
Antes de que se agregara su fotografía al expediente del caso, la PGR contaba con un retrato hablado, que peritos realizaron a partir de las declaraciones de sus supuestos cómplices. La hoja del retrato incluye la leyenda: “La Rana o Güereque o Edgar (sicario)”. Y su verdadero nombre: “Edgar”.
El documento detalla que en 2014 su edad aproximada era de 27 años. Que tenía una cicatriz en la muñeca de la mano izquierda, de un centímetro aproximadamente. Un lunar sin pigmentación en el mentón y piercings en ambas orejas. Dos tatuajes, uno con la figura de una rana color verde en la espalda y otro con la figura de tres flamas color verde cerca de la muñeca de la mano izquierda.
Los datos para elaborar ese retrato hablado fueron proporcionados por dos de sus supuestos cómplices: El Jona y El Pato.
El apodo y tatuaje en la espalda coinciden con el que familiares del señalado admitieron saber que tenía desde 2007. Y que la CNDH confirmó en su intento por lograr la liberación del detenido equivocado.
Visitadores de la CNDH acudieron a Cocula, Guerrero, y entrevistaron al tatuador. Admitió conocer a Edgar, lo reconoció en fotografía y explicó cómo era el tatuaje que le hizo.
Dijo que estaba en la parte superior izquierda de la espalda. Que efectivamente era la figura de una rana y que se la hizo con tinta permanente color verde.
En una hoja tamaño carta, el tatuador dibujó la figura. También fue integrada al expediente del caso que tiene en su poder la FGR.
Aún si el señalado se sometió en estos nueve años a algún procedimiento para borrar los tatuajes que lo identifican, existen pruebas científicas para confirmar que los tuvo.
Los datos con los que cuenta la FGR refieren que cuando La Rana huyó a Los Ángeles vivía con su esposa, en casa de un tío de ella.
En la PGR, la fiscalía a cargo de investigar el caso integró la documentación al expediente para determinar si Edgar efectivamente es a quien los presuntos autores materiales de la desaparición de los 43 normalistas identifican como La Rana o El Güereque.
Quien en 2018 encabezaba esa fiscalía y destacó la detención, cuando creyeron haberlo capturado, es Alfredo Higuera Beltrán, actualmente titular de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (Femdo) de la FGR.
También conoció del asunto y sabe el valor testimonial de La Rana o Güereque la fiscal de Derechos Humanos, Sara Irene Herrerías, quien forma parte de la institución desde 2016.
Otro ex funcionario que cuenta con información al respecto es Gualberto Ramírez, ex titular de la unidad antisecuestro de PGR, quien actualmente está acusado de tortura y desaparición forzada por el caso Ayotzinapa. Él inició la investigación contra La Rana, como presunto autor material y cómplice del resto de sicarios que participaron en los hechos.
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