El declive de Morena en Jalisco

Después de obtener excelentes resultados electorales en el proceso de junio pasado, el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) parecía tener un futuro prometedor en Jalisco. Sin embargo, la realidad ha resultado muy distinta.

La falta de acuerdos entre los liderazgos internos del partido ha llevado a la desarticulación del frente opositor en el Congreso local. La excandidata al gobierno del estado, Claudia Delgadillo, quien quedó a solo cuatro puntos de la elección local, ha desaparecido del escenario político. No se le ve, no se le escucha, y su fuerza política parece haberse diluido. Es como si se hubiera convertido en un fantasma en la Ciudad de México, con un trabajo prometido, pero sin presencia real.

Movimiento Ciudadano obtuvo 280 mil votos más que en 2018, mientras que Morena creció en 600 mil votos en el mismo periodo. Con sus aliados, el partido guinda logró 44 presidencias municipales de 125, mientras MC obtuvo 41. Sin embargo, el partido naranja perdió el Senado y solo ganó una diputación federal de las 20 en disputa.

Con el apoyo de Futuro y Hagamos, el partido de Claudia Sheinbaum parecía tener una posición sólida al contar con 19 votos en un pleno de 38, exactamente la mitad. No obstante, los morenistas se dividieron en las votaciones importantes. Entre los triunfos políticos que Pablo Lemus logró gracias a esta falta de coordinación se encuentran: la aprobación del presupuesto, la visita pacífica de Sheinbaum a Jalisco y la aprobación de la estructura orgánica del Congreso.

¿Qué pasó con la fuerza opositora que prometía cambiar las cosas en el estado? ¿Por qué los liderazgos de Morena no logran unirse? La situación actual del partido en Jalisco es un ejemplo claro de cómo la falta de liderazgo y la división interna pueden llevar a un partido al estancamiento.

Los líderes de Morena no han logrado sentarse a dialogar ni encontrar una forma de trabajar juntos por el bien del estado y sus habitantes. Muchos analistas anticipaban un inicio complicado para el gobernador Pablo Lemus debido al crecimiento de Morena. Sin embargo, Lemus ha sabido aprovechar las divisiones de sus oponentes.

El saliente Enrique Alfaro complicó la transición gubernamental en Jalisco al insistir en un proyecto fallido de reforma al Pacto Fiscal, que generó enfrentamientos con el poder federal y la opinión pública. Pero Pablo Lemus convirtió ese conflicto en una oportunidad para diferenciarse de su antecesor.

Desde el primer día de su administración, Lemus dejó claro que no seguiría el estilo confrontativo de Alfaro. Por el contrario, buscó enterrar la figura polémica de su predecesor, al tiempo que destacaba algunos de los logros de su gobierno, que habían quedado opacados por su enfoque combativo.

Lemus también aprovechó el debilitamiento de Morena, marcado por su falta de cohesión interna. Ni siquiera los llamados de atención de la dirigencia nacional han logrado consolidar al partido en Jalisco, como ha ocurrido en otras regiones del país.

Morena en Jalisco enfrenta tres grupos internos con agendas propias que alimentan el conflicto. Los principales son: “Puros”, “Advenedizos” y “Lomelís”. Los dos últimos disputan el control del partido, aunque el grupo liderado por el senador Carlos Lomelí ganó la dirigencia local en diciembre.

El grupo de los “Puros”, integrado por figuras de bajo perfil político, ha quedado relegado tras los resultados del 2 de junio. Actualmente, lo encabeza el profesor Juan Barajas, junto con otros fundadores del morenismo que se identifican con el obradorismo.

Los “Advenedizos” son liderados por la diputada federal Merilyn Gómez Pozos, una figura cercana a Ricardo Monreal y a Luisa María Alcalde, dirigente nacional de Morena. Este grupo disputa las decisiones estratégicas al liderazgo local.

El grupo de los “Lomelís”, bajo el mando del senador Carlos Lomelí, ejerce un control importante gracias a su poder económico. Sin embargo, carece de una estructura sólida y depende de alianzas temporales con seguidores que suelen ser “alquilados” para apoyar sus proyectos.

Otros actores, como “Los Favios” —vinculados a la Iglesia La Luz del Mundo— y “Los Sueltos” —políticos independientes sin afiliación clara—, también juegan roles secundarios. Entre estos últimos destacan Alberto Uribe y Raúl Álvarez, cercanos a Marcelo Ebrard, y Laura Imelda Pérez, alcaldesa de Tlaquepaque, quien presume de su cercanía con Claudia Sheinbaum.

El declive de Morena en Jalisco parece inevitable mientras sus liderazgos no logren ponerse de acuerdo, mientras que Pablo Lemus consolida su posición como gobernador.

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