Diversos cárteles se dieron cuenta de la vulnerabilidad que viven los trabajadores que buscan una mejor vida en el extranjero y usan diferentes esquemas para sacar provecho.
Daniel González habría facilitado el suicidio de cerca de 70 personas de países como Estados Unidos, España, Australia, Canadá, China, Francia, Alemania, Corea del Sur y el Reino Unido; todo lo operaba desde Puebla.