El Arzobispo informó que se realizará sin la presencia de feligreses e invitó a los creyentes a colocar un altar dentro de los domicilios, ante el cierre de panteones.
La familia López Gutiérrez colocó la ofrenda en la galería de su hogar, para recordar al abuelo, la bisabuela, el tío, los padrinos y hasta el cotorro, que se adelantaron en el camino.
La señora Margarita Camarillo habitante de la colonia 20 de noviembre, mencionó que desde hace 4 años realizan esta tradición en honor a sus padres y suegros.
Comerciantes señalaron que la venta de calaveritas de dulce y otros artículos para el altar de muertos no es como en años anteriores al Covid-19, por lo que solo surtieron la mitad de la mercancía.
La tradición en el hogar de María Cresencia dicta que después de las oraciones, los vecinos comparten un pequeño convivio, en el que los platillos tradicionales no pueden faltar.